Comité Inter-Sindical

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¿Qué debemos hacer los trabajadores en México hoy?

Una propuesta del Partido Comunista de México a la Primera Reunión Obrera-Sindical (10/11/2012)

Compañeros, antes que nada reciban un fraternal saludo del Partido Comunista de México.

El motivo de esta reunión es estrechar lazos entre diversos sectores de trabajadores con los que mantenemos relaciones, hacemos una labor formativa o distintos tipos de colaboración. En este documento les presentamos las respuestas generales que tenemos acerca de las cuestiones y propuestas que fueron presentadas en la invitación que recibieron. Nuestro propósito es que se conozcan este planteamiento y que todos juntos podamos discutirlo. Deseamos escuchar su punto de vista sobre estas iniciativas porque estamos conscientes de que todos ustedes son trabajadores honestos e inmersos en la lucha sindical, y que su experiencia puede darnos la pauta para crecer y mejorar en nuestros intentos de contribuir a la construcción de un movimiento obrero-sindical fuerte, combativo y clasista, que haga frente sin miramientos a los problemas que hoy enfrenta la clase trabajadora en el país.

Sobra decir que, en México, esta clase atraviesa por muchas dificultades y que la reciente aprobación de la reforma laboral es muestra de los duros golpes y desafíos que los trabajadores debemos enfrentar y superar si queremos revertir el desmantelamiento de nuestros derechos y mejorar nuestras condiciones de vida. Asimismo, esta reforma nos permite percatarnos de la falta de un movimiento obrero-sindical combativo con la fuerza política suficiente para defender las conquistas de los trabajadores. Hoy resulta más urgente que nunca la organización y para ello necesario plantearse tareas y nuevas visiones acerca de la construcción del movimiento obrero-sindical.

En este sentido, queremos discutir con ustedes las siguientes cuestiones:

1. ¿Qué hacer con los sindicatos? ¿Qué tipo de organizaciones necesitamos los trabajadores hoy en México?

Para nosotros, los sindicatos son la herramienta básica de organización de los trabajadores. Por esta razón es vital recuperar su carácter combativo y hacer de ellos el espacio natural de discusión y organización. Durante las últimas tres décadas ha habido una creciente campaña de desprestigio hacia la organización sindical y, en particular, hacia la lucha obrero-sindical. Por todo esto, de entrada hay que combatir la idea de que organizarse en sindicatos no sirve para nada y de que esta lucha más que favorecer a los trabajadores, entorpece el alcance de sus demandas.

Entonces, la primera condición para la recomposición del movimiento obrero y sindical es la recuperación de la memoria histórica. La ofensiva contra la clase trabajadora, entre otras cosas, ha generalizado la idea de que todo lo hecho por el movimiento obrero y sindical estuvo mal o fue un error. Desde los intentos por construir gobiernos obreros hasta la lucha por mejorar nuestras condiciones de vida, toda la acción de la clase trabajadora es remitida a los “malos resultados” con el fin de asentar la idea de que “es mejor no intentarlo”. En realidad, debemos analizar nuestra historia con mayor exactitud, discriminando lo que efectivamente se hizo mal, pero recuperando las experiencias históricas que aún hoy pueden servirnos porque fueron construidas con un conocimiento pleno de las condiciones en que se desarrolla la lucha de los trabajadores en el capitalismo. En esta dirección, lo mejor del movimiento obrero y sindical alrededor del mundo es construido a partir de dos principios que debemos tener siempre en mente:

  • La masividad necesaria del movimiento de los trabajadores se alcanza a partir de la lucha por mejorar sus condiciones inmediatas de vida y de trabajo. En primera instancia, los trabajadores están interesados en incrementar sus salarios, mejorar o mantener sus prestaciones, etcétera. Es necesario no perder de vista que el interés inmediato o espontáneo que tienen es conseguir mejores condiciones laborales, aún en las establecidas por el capitalismo. En el espacio de la lucha sindical no debemos despreciar estas demandas, que a veces son calificadas de “economicistas”, “sindicaleras” o “centaveras”. A fin de cuentas, la razón de ser de los sindicatos es precisamente mejorar de forma inmediata las condiciones de vida y trabajo de sus agremiados. Es necesario partir de un conocimiento exacto de estas demandas —que son aquellas por las cuales estarían dispuestos a luchar los trabajadores mexicanos hoy en día— y concentrarlas en programas y consignas de lucha.
  • Sin embargo, también estamos conscientes de que aún la reivindicación más pequeña debe estar orientada por la necesidad de luchar por la abolición del sistema de trabajo asalariado en su conjunto, es decir, por la abolición del capitalismo, lo que implica el relevo de la actual clase dirigente (la burguesía) por una nueva clase dirigente (el proletariado) y la construcción de un nuevo Estado y de nuevas relaciones sociales de producción. Ésa es la “aspiración máxima” a la que deben tender nuestros esfuerzos, de tal manera que la concentración de fuerzas alcanzada en la lucha por las reivindicaciones mínimas tratadas en el punto anterior, sea dirigida contra el poder de la burguesía en su conjunto, desafiando su posición dominante. De lo contrario, la lucha por las reivindicaciones económicas pierde sentido o no tiene un objetivo claro, además de que se vuelve menos eficaz, pues no hay que olvidar nunca que la burguesía sólo cede parte de la bolsa cuando ve amenazada la totalidad de su dominación, es decir, cuando los trabajadores la amagan con la revolución. Esta “meta final” no debe olvidarse nunca: es el faro que orienta nuestra navegación en el mar encrespado de la lucha de clases, que es siempre muy compleja y en que suelen perderse sin remedio quienes no tienen este punto de orientación.

Consideramos que los errores cometidos en la construcción de los movimientos obreros y sindicales se derivan del olvido de estos principios y de no establecer la relación adecuada entre ellos (entre la lucha económica y la lucha política). El error más frecuente —fuente de todas nuestras desgracias— ha sido olvidar la “meta final”, haciendo que el movimiento obrero y sindical tenga un alcance limitado, restringido a la lucha económica: esto se traduce en la idea de que los trabajadores “se limiten a lo suyo” y no se ocupen de las cuestiones políticas, sobre todo de la cuestión política central: el asunto del poder. Una propuesta de este tipo nos ha reducido a clase peticionaria frente a los que mandan o “administran el Estado”. Por ejemplo, siempre marchamos para que los que deciden “nos tomen en cuenta”, pero no nos hemos propuesto ser nosotros los que decidan. Por supuesto, sólo un gobierno de los trabajadores hará lo que los trabajadores necesitan y pensará en sus necesidades, no como sucede hoy, en que las necesidades primordiales para el poder son las del capital, ante las que se sacrifican los intereses de los campesinos y de los trabajadores. Ésa es la importancia de restablecer la siguiente consiga histórica: todo el poder a los trabajadores.

Así pues, en la correcta combinación de la lucha económica y la lucha política recae la posibilidad de construir el sindicalismo que la clase trabajadora de México necesita. Su combatividad y eficacia debe centrarse en no ceder ni un milímetro ante las exigencias y necesidades inmediatas de los trabajadores y en la consecución del objetivo histórico: la conquista del poder y la construcción de un gobierno verdaderamente obrero y popular. No se trata de dejar los sindicatos a los líderes charros o reformistas, sino de atravesarlos con el ánimo clasista que requiere la situación que actualmente vivimos.

2. ¿Cómo podemos comenzar a construir un movimiento sindical clasista, combativo y de base? ¿Cómo ponemos la primera piedra en esta tarea?

Esta cuestión nos lleva a reconocer que la transformación de los trabajadores en clase dirigente, es decir en la dirección moral e intelectual de toda la nación, no se hace de la noche a la mañana. Al contrario, esta aspiración implica un penoso desarrollo, plagado de dificultades y con frecuentes riesgos de retroceder en su camino. De cualquier forma, para construir un movimiento sindical clasista, combativo y de base, hay algunas condiciones mínimas que debemos alcanzar: la primera es la independencia de clase, es decir, es necesario que los trabajadores pensemos con cabeza propia y no con la cabeza de los patrones, es necesario dejar atrás el vicio de “mirar el mundo con los ojos del amo”. La segunda condición es que los trabajadores tengan siempre como prioridad los intereses de su clase y no los de la burguesía. Ésta es una condición nada fácil de conseguir: es frecuente ver que entre las filas obreras prevalecen las opiniones de los patrones y son mayoría los compañeros que “piensan como patrones” o son utilizados por la patronal para conseguir sus fines. Como podemos ver en un recuento del sindicalismo en México, el sindicalismo patronal es un fenómeno muy generalizado, que atraviesa el conjunto del movimiento obrero y permea a amplias capas de trabajadores, incluyendo frecuentemente a lo que se llama “sindicalismo independiente”. Por eso, en la construcción de otro rumbo, de una nueva forma de hacer las cosas, es necesario partir de la recuperación de nuestra independencia de clase: es necesario hacer que cada vez más trabajadores abandonen el punto de vista del patrón para adoptar el punto de vista que le corresponde a su clase. Si logramos mantener nuestra independencia de clase y sostener nuestras iniciativas, por pequeñas que parezcan, estamos en camino hacia la trasformación del movimiento obrero-sindical en nuestro país.

Pero queda entonces la pregunta de ¿por dónde empezar? Debemos descartar, de entrada, el vicio de los membretes y las grandes iniciativas vacías. Para ello, hay que comenzar teniendo en cuenta un balance realista de nuestras fuerzas y de sus fortalezas y debilidades. Es adecuado plantearse metas ambiciosas (como construir una nueva central sindical), pero necesitamos saber construir la ruta adecuada, con sus etapas y fases, midiendo el estado de nuestras fuerzas para proponer las metas intermedias correspondientes.

También en el camino de poner las primeras piedras es de gran ayuda revisar de forma crítica las iniciativas de concentración sindical y popular más recientes, como las del Frente Sindical Mexicano, Coordinadora 1 de Mayo, Organización Política del pueblo y los Trabajadores para darnos cuenta que los acuerdos entre cúpulas y dirigencias —por muy bien intencionadas que éstas sean— no bastan. Debemos construir todo desde la base, asentando la fuerza del movimiento en los centros de trabajo y no en las alianzas entre dirigentes.

Reconocer que no lograremos el movimiento obrero-sindical que necesitamos sin un activo trabajo con las bases, es una de los primeros pasos en esta construcción.

3. ¿Podemos constituir una instancia de lucha entre los asistentes a esta reunión? ¿Qué características debe tener, cuáles deben ser sus objetivos y sus tareas?

Por todo lo anterior, tomando en cuenta el número reducido de los asistentes a esta reunión, pero al mismo tiempo la gran calidad moral y amplia capacidad política de los presentes, proponemos iniciar la formación de una primera organización para, más adelante, mover ese gran engrane histórico que es la clase trabajadora en su conjunto. Proponemos formar un Comité Inter-Sindical o Grupo Sindical de Lucha que aglutine o coordine los esfuerzos hasta ahora dispersos de los presentes y que tenga las siguientes tareas:

  1. Estrechar los vínculos entre las distintas experiencias de lucha sindical partiendo del principio de solidaridad de clase y teniendo como meta la progresiva conformación del proletariado en clase, llamando al acompañamiento efectivo —no sólo con pronunciamientos— de las huelgas o movimientos de los trabajadores sin distinción del sector en que se originen.
  2. Promover acciones conjuntas en la lucha por las reivindicaciones económicas de la clase trabajadora. En el momento actual, enfatizando la lucha contra la reforma laboral y contra todas las intenciones de minar los derechos conquistados por los obreros, pero también planteando la necesidad de impulsar conjuntamente la realización de las demandas que nos competen a todos los trabajadores.
  3. Proponer iniciativas de educación, propaganda y agitación destinadas a recuperar la necesaria independencia de clase, estableciendo en el terreno ideológico y cultural un combate frontal contra la penetración de la ideología burguesa en el seno del movimiento obrero y en la clase trabajadora en su conjunto, mediante publicaciones, talleres, círculos de estudios, etcétera.
  4. Alentar la preparación política y sindical, teórica y técnica, de los trabajadores para coadyuvar a la generación de cuadros sindicales que sepa resolver los problemas relacionados con la construcción de un movimiento obrero y sindical clasista, combativo y de base.
  5.  Funcionar a manera de consejo consultivo que se reúna con cierta periodicidad (en sesiones ordinarias) y cuando sea necesario (en sesiones extraordinarias) para resolver problemas de la lucha sindical originados en los centros de trabajo y los sindicatos de cada uno de los participantes, de manera que, entre todos, funcionando como cerebro colectivo, resolvamos problemas que aparentemente son particulares.
  6. Generar pronunciamientos sobre problemas nacionales de interés para los trabajadores o de interés general para la nación de manera que haya una voz obrera, clasista, independiente y combativa, que sirva de orientación al resto de los trabajadores en temas cruciales de la vida política mexicana.

Éstas son las iniciativas que queremos discutir hoy con ustedes, compañeros. Sabemos que son un pequeño comienzo, pero al mismo tiempo es muy ambicioso. Para nosotros la opinión y discusión sincera de trabajadores como ustedes es vital, pues son su conocimiento y su experiencia en la lucha, la valoración más realista y necesaria de estas iniciativas.

De la misma forma, queremos reiterar que, así como nosotros hemos presentado abiertamente a ustedes nuestras propuestas, pueden confiar en que toda iniciativa honesta y combativa que surja de esta reunión, será sinceramente escuchada y respaldada, pues es con la lucha y colaboración diaria entre trabajadores donde construiremos el movimiento obrero-sindical que México necesita.

 Fraternal y combativamente

Proletarios de todos los países uníos

Partido Comunista de México

derechos

1er Pronunciamiento: Contra la Reforma Laboral

Los trabajadores conscientes y organizados nos oponemos a esta nueva Ley Federal del Trabajo porque busca flexibilizar el uso de la fuerza de trabajo, su contratación y el despido; ataca la estabilidad en el empleo, la base de prestaciones y derechos como la seguridad social; elimina de facto la contratación colectiva, el derecho de asociación, la libertad sindical y el derecho de huelga, quitando medios de defensa constitucional y legal de los trabajadores y mantiene estructuras caducas (como la “toma de nota” y los sindicatos de protección), cancelando la democratización del mundo del trabajo.

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capitalismo

Pronunciamiento 2: ¡No más contratos a las carta!

Uno más de los agravios de la recién aprobada reforma laboral en contra de los trabajadores es la eliminación, de facto, de la contratación colectiva y, junto con ella, de la estabilidad laboral y el derecho de asociación, en beneficio no sólo de la patronal sino también de los mercenarios sindicales, que se han enriquecido mediante la creación de sindicatos blancos y la negociación de contratos de protección de los cuales los trabajadores, en la mayoría de los casos, ni siquiera conocen su nombre ni a los supuestos dirigentes sindicales que dicen representarlos.

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PUÑOS 1 DE MAYO

Pronunciamiento 3: ¿Por qué es importante conmemorar el Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores?

El Primero de Mayo es una de las celebraciones más importantes para los trabajadores del todo el mundo. Conmemora aquel 1 de mayo de 1886, cuando en Chicago los trabajadores de diversos sectores se organizaron y mediante movilizaciones y huelgas exigieron que se estableciera la jornada laboral de 8 horas, lo que lograron finalmente a pesar de la dura represión en su contra, constituyendo una de las grandes conquistas históricas para los trabajadores del mundo.

Por eso el Primero de Mayo nos recuerda que sólo mediante la unión y la lucha organizada los trabajadores podemos enfrentarnos exitosamente a los enemigos de nuestra clase, aquellos que nos explotan y nos oprimen, y que utilizan su predominio político para imponernos condiciones miserables de vida, con tal de seguir acumulando las riquezas que son en realidad el producto de nuestro esfuerzo, y de las que apenas están dispuestos a concedernos algunas migajas.

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Pronunciamiento 4: La Reforma Energética en puerta

En 1884 el gobierno de Manuel González, subordinado a Porfirio Díaz, elaboró una ley minera donde se estableció que los depósitos de carbón y petróleo dejarían de ser propiedad de la nación en beneficio de los dueños del suelo. En 1901 la primera ley petrolera reconoció el derecho del superficiario a explotar el petróleo encontrado en sus terrenos; para 1909 se preciso dicha ley y se estableció que los criaderos o depósitos de combustibles minerales, en todas sus formas, eran propiedad exclusiva del dueño del suelo.
Los argumentos que en aquella época justificaron otorgar ese privilegio a los particulares giraban en torno a la idea de que el país necesitaba el petróleo y la única forma de extraerlo era a través de la inversión de aquellos que tenían la tecnología, el capital y la experiencia. En ese esquema, las compañías sólo tenían que pagar el 0.2 por ciento del valor de la producción.

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Pronunciamiento 5: ¡A recobrar la combatividad de cada sindicato! La lucha es permanente

Las revisiones salariales llevadas a cabo durante el 2013 y los resultados obtenidos en ese terreno por los sindicatos de distintos gremios pueden ser un indicador de la capacidad de movilización y ofensiva de la clase trabajadora. El aumento alcanzado por los sindicatos universitarios no rebasó el tope de 3.9 por ciento de incremento directo al salario, mientras que sindicatos como el de la industria automotriz y conexos, alcanzaron el 5 por ciento de incremento. Como podemos ver, aun los sindicatos que  rebasaron el tope salarial lograron aumentos muy por debajo de las necesidades reales de los trabajadores para mejorar sus condiciones de vida de forma inmediata.

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