
Ante la crisis sanitaria y la recesión económica que enfrentamos, actualmente, hay un amplio debate entre los principales referentes sindicales y organizaciones sociales en nuestro país, con respecto a qué debemos hacer los trabajadores. De entrada, nosotros decimos que nada, verdaderamente sustancial, podremos hacer frente a los patrones, los grandes empresarios, el gobierno federal, y frente a la voracidad del capital, sin la construcción de un amplio movimiento de trabajadores organizados junto a otros sectores aliados del campo y la ciudad.

Cualquier pronunciamiento, por muy beligerante que sea, sin la fuerza real de los trabajadores participando en sus centros de trabajo, construyendo un sindicalismo combativo, clasista, independiente y de base, sólo será letra muerta perdida en el limbo mediático. Ninguna consigna, por muy bien elaborada que esté, podrá ser una realidad, sin la disposición y el compromiso de lucha de los trabajadores detrás de ella.
Hoy más que nunca está en juego nuestra salud, la posibilidad de contar con un trabajo digno y nuestra vida, por eso, nuestro primer llamado este 1 de mayo, Día internacional de los Trabajadores, es a romper con todas las simulaciones, inercias, mezquindades, grillas dirigenciales y demás prácticas viciadas que han tenido un costo muy alto para nuestra clase en las últimas décadas. Con un sindicalismo inofensivo, ineficaz y raquítico en términos de participación y movilización.
Nuestro segundo llamado es a recuperar los principios de unidad y solidaridad internacionalistas, fundamentales para construir la sociedad comunista que necesitamos. Los millones de trabajadores, que hoy están dando su vida en el sector salud, en el campo, las maquiladoras, los supermercados, entre otros sectores que están laborando en medio de la pandemia, ya sea porque cubren actividades esenciales o porque sus patrones los están obligando nos muestran, de manera descarnada, que en México o cualquier otro país del mundo en donde impere el sistema capitalista, pertenecemos a la misma clase y corremos la misma suerte frente al capital: ver consumida nuestra vida en jornadas de explotación legalizadas o en condiciones precarias de trabajo. Por ello, también llamamos a luchar en contra de cualquier política xenofóbica de criminalización de la migración y a impulsar siempre la organización, en condiciones de igualdad entre los trabajadores, sin importar su nacionalidad o grupo étnico de origen.
Decir ¡Basta! a las condiciones de miseria, ignorancia y violencia a las que nos han condenado, es nuestro tercer llamado. Los trabajadores lo hemos puesto todo, la pandemia sólo hace evidente lo que siempre hemos dicho: nada se mueve sin nuestra fuerza de trabajo. Conmemorar y honrar la lucha de los mártires de Chicago, Cananea, Río Blanco y otras luchas históricas que conquistaron derechos, que aún conservamos, sólo pueden tener significado si luchamos, de manera inmediata, por demandas básicas como: salario digno, trabajo estable, seguridad social universal, acceso a educación gratuita para nuestros hijos y abrogación de todas las reformas y políticas que han pauperizado nuestras condiciones de trabajo y de vida.
Que los patrones privilegian el lucro por encima de la salud y la vida de los trabajadores ha quedado claro, por ello, nuestro cuarto llamado a todos los trabajadores es a organizarse y luchar, pues ¡No pagaremos la crisis! una vez más. Que los costos de la pandemia y de la recesión económica la paguen los responsables: los grandes empresarios, el Estado y todos aquellos políticos que impulsaron las políticas neoliberales que recortaron el gasto público, endeudaron al país y agudizaron las condiciones de desigualdad social en que hoy nos encontramos.
De manera urgente, nuestro quinto llamado es a exigir e impulsar, desde todos nuestros medios al alcance y espacios disponibles:
1. Medidas de seguridad, protección, equipamiento y pago de prima de riesgo, para los trabajadores de la salud y demás trabajadores activos.
2. Respeto y cumplimiento de lo establecido en los Contratos Colectivos de Trabajo, Condiciones Generales de Trabajo y demás normativas internacionales que protegen los derechos de los trabajadores.
3. Cumplimiento de las medidas sanitarias, por parte de los patrones y sanciones enérgicas para aquellos que las incumplan, despidan trabajadores o no otorguen el salario integro.
4. Apoyo económico para trabajadores precarios y sectores populares.
5. Derecho universal a la seguridad social; cumplimiento de las normas de seguridad e higiene en el trabajo y condiciones de salud integral para todos los trabajadores.
6. Apoyo, solidaridad y recursos efectivos para la organización de los trabajadores precarios.
7. Respeto a la organización colectiva y al derecho de huelga; impulsando la más amplia solidaridad con las huelgas del STUACh, SUTNOTIMEX, con los paros laborales de trabajadores de las maquiladoras en el norte del país y de los trabajadores migrantes en Estados Unidos.
¡Por nuestra salud, por nuestros derechos laborales, por nuestra vida!
¡8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de ocio!
¡Viva el 1 de mayo!
Por la Revolución y el futuro comunista
¡Proletarios de todos los países, uníos!
Partido Comunista de México (PCdeM)