De la Redacción
Más de cien años han pasado desde que las mujeres trabajadoras textiles en Nueva York se movilizaron para exigir condiciones dignas de vida y de trabajo. Desde entonces, cientos de organizaciones y movimientos por los derechos de la mujer en general y de las trabajadoras en particular, han peleado en todo el mundo por concretar estas demandas. A pesar de los avances logrados; aumento salarial, respeto a la jornada laboral de ocho horas, seguridad social, derecho a estancias infantiles para el cuidado de los hijos, acabar con el acoso laboral y sexual en los centros de trabajo; siguen siendo demandas vigentes para las mujeres trabajadoras.

En México, a las condiciones precarias de trabajo, debemos agregar los crímenes de odio. Cada día se asesina a 10 mujeres, cifras que crecen año con año; así, por ejemplo, de 2017 al 2018 los feminicidios se incrementaron en un 18 por ciento, llegando a más de 800, aunque las estadísticas podrían ser más alarmantes, dado que sólo uno de cada 5 asesinatos es denunciado o tipificado como feminicidio.
Para los comunistas, la condición de la mujer sólo puede cambiar radicalmente en una sociedad radicalmente diferente, por ello, luchamos por una sociedad comunista que ponga fin a la sociedad de clases en la que se sustenta la opresión de la mujer. Sin embargo, para nosotros, este es un objetivo que se construye en la lucha cotidiana, desde cada centro de trabajo y en cado espacio compartido con nuestras compañeras; peleando por sus derechos frente a la patronal y al interior de sus organizaciones sindicales para hacer prevalecer intereses propios de las mujeres trabajadoras, como la demanda de recibir igual salario por el mismo trabajo realizado por hombres, buscando incrementar las prestaciones de maternidad, disputando sus espacios inmediatos de representación, impulsando espacios de discusión con temas significativos para las mujeres, así como, imprimiendo la combatividad y determinación necesaria para la lucha sindical.
Hacemos nuestras las consignas que, desde varias organizaciones internacionales de trabajadores se están impulsando: trabajo digno, salario igual para trabajo igual, seguridad social y prestaciones de maternidad para todas, aborto legal, seguro y gratuito, alto a los feminicidios y demás tipos de violencia en contra de las mujeres. Y hacemos un llamado para que estas consignas vayan acompañadas de organización permanente y movilización política, pues las demandas históricas de las mujeres, son demandas de toda la clase trabajadora.